Luis Bueno nos relata cómo llegó a conocer a EFT y la impresión que tuvo sobre él esa primera experiencia ayudando a un amigo a superar una fobia a volar y poder irse de viaje con su esposa. Esa experiencia le convirtió en un apasionado de estas maravillosas técnicas. Escribir a Luis y visitar el sitio web de Luis.
Por Luis Bueno
En muchas ocasiones hemos adquirido la creencia de que algo ha de ser
complicado para funcionar. Si es sencillo, parece no tener valor, o
cuando menos, su valor es cuestionable. Algo parecido me sucedió a mí en
mi primer contacto con EFT y por eso quiero
compartir esta experiencia, a modo de ánimo, de estímulo, de invitación
para quien cree que suena demasiado fácil, quien piensa que lo suyo es
tan complicado y profundo que no es posible un cambio. No acudas con
prejuicios, prueba EFT, experimenta, “juega con EFT”
y descubre que es posible dejar de ser “reactivo” a lo que te sucede
para poder empezar a convertirte en “proactivo” con respecto a aquello
que quieres en tu vida.
Oí hablar por primera vez de EFT hace más
de 8 años a través de unos “apuntes en una sola página” que me entregó
un amigo en el contexto de una formación en hipnosis ericksoniana que yo
en aquel entonces estaba realizando. Comentaba que era una técnica
potente para trabajar miedos y fobias desde su componente energética.
Yo, aun estando familiarizado con técnicas energéticas (practicaba reiki
entre otras), me mostré escéptico y el papel donde esa “técnica tan
curiosa” estaba mostrado, quedó olvidado entre otros muchos apuntes y
textos.
Hasta que por circunstancias de la vida, y de una forma imprevista,
me encontré con una situación de un amigo personal al que su mujer le
había regalado un viaje sorpresa por su aniversario de boda y al que él
se negaba porque sólo pensar en coger el avión le tensaba, agobiaba y
dejaba apenas sin respiración. Eran las señales características de una
fobia a volar en toda regla.
La cosa se complicaba aún más porque yo solo podía verle una vez
antes de ese viaje, y además, su mujer, también amiga mía, me había
rogado que hiciera algo que funcionase. Estuve dando vueltas en el
escaso tiempo que mediaba desde su llamada hasta el día en que íbamos a
encontrarnos respecto a qué hacer: quizá hipnosis, tal vez flores de
Bach, podía probar con PNL… hasta que, y no sé bien por qué, me acordé de aquello tan extraño que me habían contado unos meses atrás y que se llamaba EFT o
algo así, y que además, decían que funcionaba muy bien con fobias.
Busqué el papel, la única hoja que tenía de información, y tras leerlo,
con poco convencimiento, “sentí que algo me invitaba a experimentar… y
me dejé llevar.”
El día convenido, lo primero que le dije a mi amigo es que no me
juzgara por lo que íbamos a hacer (me parecía tan raro darse unos
golpecitos mientras repetías tu miedo y que, además, sucedieran cosas).
Él lo aceptó, y yo, sin ninguna experiencia previa en la técnica, empecé
a guiarle con eso que se llamaba “receta básica de EFT”
y que era lo único que tenía a mi disposición. Siguiendo los pasos allí
establecidos, le pedí conectarse con el miedo que le venía al montar en
el avión y luego le invité a que me dijera de 0 a 10 cuanto miedo
había. No dudó: Un 10. Y empezamos el proceso:
- aunque tengo miedo al avión…
- miedo al avión, miedo al avión…
- 9 gamas (qué nombre tan raro pensé mientras lo hacíamos)
- miedo al avión…
- miedo al avión, miedo al avión…
- 9 gamas (qué nombre tan raro pensé mientras lo hacíamos)
- miedo al avión…
En realidad, el que tenía un gran miedo, pero al fracaso, era yo (e
internamente era lo que sentía) mientras él seguía en su proceso dando
en cada punto que yo le iba indicando de acuerdo a mi “chuleta.”
Al acabar la primera ronda, vi un cambio en su rostro, pero además
noté un cambio interior en mí. Le pregunté por su miedo y me dijo que
pensaba que estaba en un 3 ó 4. Yo fui el primer sorprendido, aunque
estaba notando que mi propio miedo a que no funcionara también había
descendido.
Al escuchar su respuesta me animé y seguimos avanzando hasta que
quedó en 0 después de dos rondas más. Yo en aquel entonces no sabía de
la existencia de “los aspectos en EFT” pero
dejándome llevar por mi propia “curiosidad” respecto a lo que allí
estaba sucediendo y buscando explorar otros miedos vinculados al volar,
le fui preguntando por “el despegue”, “las turbulencias”, “el ruido del
motor”, “la presión en los oídos”… y cada vez que en alguna de estas
propuestas mías él notaba malestar, lo trabajábamos hasta llevarlo a 0.
Así, y tras encontrar y limpiar 4 ó 5 temas que a él le asustaban
(insisto que posteriormente descubriría que estaba trabajando con
aspectos sin entonces saberlo), él se acabó tranquilo y relajado. No
conseguía encontrar el miedo por ningún sitio y yo estaba “pasmado” por
la sencillez del proceso, la amabilidad en el cambio y la inmediatez en
el resultado. Cuando cerré la puerta tras despedirle, me sentía casi
entusiasmado y desde luego muy sorprendido y en paz. No acababa de
entender nada. Pero se había producido un punto de inflexión. Algo nuevo
había llegado a mi vida y estaba seguro de que había venido para
quedarse. Desde ese día, he hecho infinidad de sesiones con EFT, he
asistido a cursos con distintos compañeros, he formado a cientos de
alumnos en la técnica, he contemplado cambios de todo tipo y
condición... No me canso de experimentar y descubrir y cada día me
asombro más. En mis cursos siempre digo que “estoy enamorado de EFT pero que no soy celoso…”, invitando a que mis alumnos experimenten y se enamoren.
Eso sí, ahora, en cada nueva sesión con EFT, ya
no llevo el “miedo y la duda” de aquella primera. Sé que va a ocurrir
algo. No sé a dónde nos conducirá. Pero sé que estamos abriendo
horizontes y que el movimiento de energía estancada nos traerá luz en el
proceso. Ahora lo disfruto plenamente y me gustaría, como hacía al
comienzo de esta experiencia personal, invitarte a que tú también te
dejes llevar, te permitas sorprenderte, te des la oportunidad, porque
sé, y seguramente tú también lo sabes, que el que se da permiso, acaba
soñando caminos.
Creo todo ser humano tiene dentro de sí la clave para su equilibrio y
sanación… aunque hayamos dedicado demasiado tiempo a mirar hacia fuera.
Si combinamos adecuadamente inteligencia emocional, inteligencia
energética, inteligencia corporal e inteligencia mental, estamos
alcanzando la inteligencia esencial del ser humano: la INTELIGENCIA (con mayúsculas)… y ahí está el camino del cambio y la verdadera esencia del ser.
Un abrazo grande, salud y paz… para toda la comunidad “efetera” y para todo el planeta.
Luis Bueno
Luis Bueno lleva años dedicado al crecimiento personal y al ámbito de la gestión emocional. Imparte cursos de EFT y lenguaje metafórico por toda España y tiene consulta a nivel individual en Madrid. Junto con EFT utiliza herramientas de trabajo como la PNL, la hipnosis ericksoniana, el coaching generativo, Psych-k… entre otras. Puedes contactar con Luis en: www.efeteando.com
Información difundida por www.eftmundo.com
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